Oviedo sigue sin ordenanza de contaminación del aire, aunque está tramitada

Que la actual ordenanza municipal que controla la contaminación atmosférica, aprobada en 1994, se ha quedado obsoleta lo demuestran los datos climáticos recabados en las últimas décadas. Desde los años noventa, las emisiones de CO2 por combustibles fósiles ha aumentado un 60% en el planeta. La temperatura, que entonces se había incrementado de forma global entre 0,3 y 0,6 grados, ahora alcanza el 1,1 grados respecto a los niveles preindustriales. Nos asombramos de la furia del clima, de sus manifestaciones extremas, o de la incidencia de determinadas enfermedades, cuando la explicación la vienen proporcionando los tozudos datos año a año. Oviedo dispone de una nueva Ordenanza de Protección del Medio Ambiente Atmosférico, redactada, modificada y sacada a información pública para su aplicación inmediata en sustitución de la de 1994. Pero el Gobierno local ha decidido paralizarla. Lo cual encierra una paradoja, ya que su tramitación, iniciada con el tripartito de PSOE, Somos e Izquierda Unida, contó en su día con la unanimidad de la Corporación. El Partido Popular y Ciudadanos, cuya coalición ha detenido ahora el tramitación, la aprobaron en su día.

La nueva ordenanza adapta la regulación a las circunstancias actuales para garantizar la salud de vecinos y vecinas, cumpliendo las normativas regionales, nacionales e internacionales, a las cuales debe complementar. El asunto es especialmente relevante, toda vez que la pandemia de la Covid-19 ha enfrentado a la población con la primera consecuencia palmaria, en la vida cotidiana, de un desarrollo industrial y urbanístico insostenible. Sin embargo, la protección de los espacios del concejo sigue en suspenso.

Paco Ramos, coordinador de Ecologistas en Acción, incide en lo incomprensible de la paralización de “un tema ya tramitado, con los problemas administrativos solucionados, y en el que no existe conflicto en la visión de los partidos”. Y añade la urgencia del tema a la luz de los últimos registros: Ecologistas en Acción estudió antes y después del confinamiento los datos en centenares de estaciones de medición de la contaminación por toda España. En Oviedo, las situadas en zonas de especial tráfico o polución como el Palacio de los Deportes, la plaza de Toros o el parque de Purificación Tomás “disminuyeron sus registros claramente durante el confinamiento, pero en verano, con las reaperturas, subieron mucho, por encima de los valores previos”. El regreso a la movilidad implicó cifras de contaminación superiores a las conocidas.

La nueva ordenanza incluye un control más exhaustivo de las emisiones de calefacciones y sistemas de acondicionamiento de viviendas y locales comerciales. También, la posibilidad de acotar determinados espacios con la figura “Zona Ambientalmente Protegida”, que garantiza una supervisión especial por los riesgos específicos que pueda acarrear una actividad concreta. Sobre las autorizaciones industriales, el Ayuntamiento determina los mecanismos para su colaboración con el Principado (que en último término concede los permisos), incluida la fiscalización periódica de los datos de emisiones de cada industria, que han de enviarse a la Administración local para constatar los cumplimientos. Se contempla igualmente la regulación de obras de edificación, aparcamientos y garajes, y por supuesto el control del tráfico mediante la vigilancia las emisiones de vehículos y las posibles restricciones de circulación cuando los baremos de contaminación se disparen, caso del verano pasado.

Ramos señala que la normativa debería complementarse con el mapa de ruido que el Ayuntamiento también tiene pendiente de rematar, e integrar “todo lo que hemos aprendido últimamente”, caso de los Planes de Calidad del Aire desarrollados por el Gobierno del Principado en 2019 o las medidas adoptadas en Trubia con las emisiones de Química del Nalón o de Industrias Doy para controlar el benceno, que porta riesgo cancerígeno. Más los antedichos datos durante la pandemia.

El concejal que promovió la nueva ordenanza del aire, Nacho del Páramo, considera “insólito que una ordenanza fundamental para la salud que tuvo el apoyo unánime de todas las fuerzas políticas lleve paralizada desde la entrada del Bipartito”. Especialmente, después de haber solventado los defectos formales que la paralizaron en 2017, y con el posterior periodo de información pública ya concluido. Del Páramo reclama a PP y Ciudadanos que cumplan con su responsabilidad como gestores: “Este tema se relaciona con la salud de la población y en estas cosas no nos podemos permitir el lujo de parálisis absurdas. Estamos hablando de un documento que cuenta con un apoyo unánime y nos hemos visto obligados a incluir cuestiones del mismo en la ordenanza de limpieza, la cual sí que ha continuado su tramitación, aunque ésta permanezca atascada”. Ante la demora, Somos ha trasladado algunos capítulos a la citada regulación de vías públicas y recogida de residuos, referentes a las emisiones de polvo en la rehabilitación y construcción de edificios.