Mi barrio, nuestros barrios

Ahora temprano, con quince días más de confinamiento, ¿sólo quince? me pongo a pensar y saborear los aplausos nocturnos a los trabajadores sanitarios y al reto de los trabajadores que nos facilitan la vida en nuestro retiro forzoso  (fruteros, carniceros, quiosqueros, barrenderos, autobuses , taxistas, panaderos y cientos de profesionales más que se juegan la salud por dar a nuestra sociedad lo mejor de sus servicios y de sí mismos).

Esta tragedia saca de nuestro barrio y del resto lo mejor de nosotros mismos, si con una idea ecológica  usamos esa energía desde ahora y en un futuro más fácil, para crear una sociedad próxima, unitaria y sobretodo potente que participe en todas aquellas necesidades y carencias que tenemos de cara a llevar una vida más societaria y menos endogámica sería la mejor conquista de esta situación tan nueva y a la vez tan parecida a las pestes bíblicas.

Podemos darnos cuenta de la importancia de nuestros comercios del barrio, tan próximos, tan humanos, se me pierde el alma con cada comercio cerrado, podíamos recuperar La Malatería en una sextaferia de todos como el local estrella del barrio, para asociaciones, cultura y miles de actividades que estamos tan poco acostumbrados, se me ocurren cientos de actividades más pero para no ser pesado, podemos en nuestro encierro pensar en un programa tan amplio como queramos para hacer junto a otros barrios un Oviedo y un barrio más  alegre, divertido y solidario.

Cuando salga, porque de momento, obedezco y me quedo en casa. Me gustaría encontrarme contigo y con muchas más y continuar los aplausos con las tareas pendientes.

Un abrazo.

Ezequiel Echaniz, Oviedo