El bipartito duplica los tiempos de espera por una licencia

La apuesta de Ciudadanos por priorizar los proyectos de los grandes constructores atasca la espera para poder ejecutar obras en casa

El tiempo de espera por una licencia de las denominadas obras medias (cualquier reforma en el interior de un edificio que implique demolición) se ha duplicado en Oviedo. Hace un año el tiempo de espera por una de estas licencias era de dos o tres meses si toda la documentación estaba correcta, mientras que en la actualidad los tiempos se han dilatado hasta los seis meses. El problema viene dado por la apuesta del nuevo concejal de Urbanismo, Ignacio Cuesta (Ciudadanos) por poner los escasos recursos municipales a disposición de los grandes promotores. De entre 6.500 y 7.000 licencias que tramita al año el Ayuntamiento de Oviedo las grandes obras apenas alcanzan el 1 por ciento, por lo que los perjudicados son el 99 por ciento restante, es decir, la ciudadanía.

“Hace unos días que me llegó la última licencia que pedí para una reforma en un edificio, el tiempo de espera, con todo correcto, ha sido de casi cinco meses, desde el verano estamos  viendo que hay más retrasos”, explica un arquitecto ovetense que trabaja habitualmente con el Ayuntamiento de Oviedo. Mientras, un contratista de reformas asegura que por fin esta semana le llegó la resolución de una obra en Oviedo que llevaba atascada casi un año. Aún así, asegura que “el Ayuntamiento de Oviedo se ha llevado la fama, pero no es de los peores, depende de quién te toque”. A su juicio, la peor parte se la lleva Avilés, mientras que Gijón aprueba con nota. “Hace seis años lo de Gijón no había por dónde cogerlo pero ahora da gusto trabajar allí”, opina. En el lado opuesto se sitúa Arantxa, una vecina que ha tenido que hacer mucho ruido y llamar incluso al alcalde, Alfredo Canteli (PP), para conseguir que, después de un mes de espera y en pleno estado de alarma, le concediesen una licencia para instalar una caldera y poder tener agua caliente y calefacción.

Mientras los ciudadanos se desesperan porque sus licencias no llegan, el concejal responsable, Ignacio Cuesta, se reunía esta semana con el arquitecto navarro, Patxi Mangado, que se saltó el estado de alarma para “acelerar” los trámites de la operación San Lázaro, una parcela en la que estaban previstos equipamientos públicos. El hombre de Inés Arrimadas en Asturias no oculta sus planes, y hace gala de ellos. Su prioridad es avanzar en grandes promociones privadas como el hotel de lujo que planea abrir en la plaza de la Catedral Miguel Ángel del Fueyo, propietario de Comamsa, la misma empresa que desplumó al Ayuntamiento de Oviedo con la expropiación de Villa Magadalena. Hace unos días Cuesta presumía de haber tramitado “en un tiempo record” todos los informes de esta promoción.

Adiós al Plan de licencias colaborativas

El problema del Área de Licencias del Ayuntamiento de Oviedo es de falta de personal y no está resuelto. Todo lo contrario. Una de las primeras medidas adoptadas por Ignacio Cuesta fue paralizar el Plan de licencias colaborativas que, en colaboración con la Cámara de Comercio, iba a dotar de doce nuevos profesionales a un departamento en el que trabajan 30 personas y que para estar a pleno rendimiento necesitaría el doble.

Además de desmontar las Licencias Colaborativas, Cuesta también modificó el sistema de trabajo del departamento haciendo que ahora sean los arquitectos en lugar de los bomberos quienes realizan los informes técnicos relativos a la seguridad, circunstancia que también estaría retrasando todo el papeleo. En lo único que ha avanzado el edil de Ciudadanos hasta el momento es en culminar los planes del anterior equipo de gobierno para consolidar las plazas fijas y convertirlas en eventuales, pero solo ha ganado un puesto de trabajo más. Sin embargo, uno de los arquitectos ha sacado plaza en la administración del Principado, con lo que las cosas quedan como estaban: las ovejas que entran por las que salen.