“Claro que fue mi mujer y claro que esos gastos los pagó el Ayuntamiento. Y si yo vuelvo a Madrid y ella viene conmigo, esos gastos los va a pagar el Ayuntamiento”. Son palabras del alcalde de Oviedo, Alfredo Canteli, que justificó en el Pleno de diciembre el gasto de más de 1.000 euros de las arcas públicas por su estancia de un día en Madrid para presentar el Desarme. El Primer Edil fue contundente en su defensa de cargar a los fondos municipales gastos de familiares escudándose en su personal forma de entender la política y aseguró que lo volvería a hacer.
Una interpretación de la política que, como le afeó la portavoz de Somos Oviedo/Uviéu Ana Taboada, exhibe “un desprecio de lo público” y una enorme dificultad “para distinguir lo público y lo privado”, lo que lleva al grupo municipal a exigir la dimisión del alcalde. Fue Somos Oviedo/Uviéu quien denunció la existencia de facturas de habitación de hotel por más de 500 euros y una cena con varios comensales en la que no se escatimó en gastos, con botellas de vino de 30 euros.
Los gustos caros del bipartito no acaban aquí, ya que en el día a día del Gobierno se detecta un abuso de los contratos menores y gastos injustificados más propios de un palacio aristocrático que de un Ayuntamiento. La primera alarma la lanzaron los servicios de contabilidad municipales, que alertaron de que se estaba sobrepasando el límite de los importes de los contratos menores -los que no requieren concurso público- con una misma empresa. Entre las compañías que sobrepasan los 15.000 euros en adjudicaciones directas destaca la empresa que llevó la campaña electoral del alcalde Alfredo Canteli, que facturó un total de 18.851 euros en lo que va de 2019. Además, en este monto, llaman la atención dos conceptos que no entran en los asuntos habituales de la vida municipal: el programa de fiestas del Centro Asturiano y la publicación de la revista Moscones de Grado.
A esta práctica poco regular hay que sumar el abuso de las arcas públicas en el día a día de la Corporación con gastos ostentosos. Desde el iPadAir de 768 euros que adquirió el Servicio de Planificación Estratégica hasta los desayunos al estilo Falcon Crest que se han cargado con servicio de hotel. En definitiva: para el bipartito el Ayuntamiento es un club privado cuyas cuotas paga la ciudadanía a un precio cada vez más caro.