Cómo cargarse el Albergue de Animales en un mes (y sin dar explicaciones)

Los animales han pasado de tener un nombre, a convertirse en un número. Pocas imágenes ilustran con más rotundidad lo que está sucediendo en el Albergue Municipal de Animales de Oviedo, cuya gestión realizaba la Clínica Quirós y que hace apenas un mes pasó a la empresa Centro Canino La Ería. Las consecuencias son rotundas: los animales ya no salen de las jaulas, se han detenido las adopciones internacionales (que ofrecían salidas a muchos abandonos) y se ha interrumpido también la colaboración con el voluntariado, con cuya ayuda ciudadana se remodeló por completo la gestión del centro en el mandato anterior. Por si fuera poco, la nueva gestora, al poco de asumir la dirección, ha despedido a una trabajadora, apenas unas semanas después de que el vicealcalde Nacho Cuesta afirmara que no iba “a tolerar ningún despido”.

El Gobierno bipartito no ha informado sobre el motivo del relevo en la gestión, que se ha producido entre dos empresas sin mediación municipal simplemente porque “el contrato lo posibilitaba”, según dijo Cuesta cuando se topó con las protestas de la Plataforma Ciudadana Pro Animales de Oviedo en la plaza del Ayuntamiento. Y hasta ahí las explicaciones públicas del porqué. Ahora, el albergue de La Bolgachina regresa a los tiempos de Gabino de Lorenzo, cuando apiñaba animales en unas condiciones deplorables (que contrastaban con los lujos de los caballos estabulados en el centro hípico El Asturcón).

La portavoz de Somos, Ana Taboada, ha trasladado al equipo de gobierno la situación descrita por las trabajadoras y voluntarias tras reunirse con ellas: “Están recibiendo amenazas de despido por mensajería electrónica. No hay furgoneta para el traslado de animales. Las conducciones de agua no funcionan y el personal no cuenta con ropa de trabajo”, irregularidades que se suman a las anteriormente descritas. A los diez días, se cambiaron las cerraduras, que fueron reforzadas con cadenas, y se impidió la entrada al voluntariado, que cuidaba de los animales. Tal es el deterioro de un servicio hasta ahora considerado “ejemplar en toda Asturias”, que la oposición al completo (Somos, PSOE y Vox) ha protestado en bloque, algo realmente insólito en Oviedo, donde los partidos de la derecha suelen funcionar en consonancia.

Taboada ha censurado especialmente “la actitud hostil de la nueva gestora con el personal, que ha trabajado de manera muy comprometida, con una labor intachable y muy reconocida por parte de todas las entidades protectoras”. Esa implicación ciudadana en un servicio que trasciende su nombre, que no está concebido para encerrar animales sino para cuidarlos y proveerles un futuro, ha desaparecido sin que se conozcan las causas. De igual forma, el despido de la trabajadora Eva Rodríguez ha sido ampliamente contestado, sin que el equipo de gobierno haya indicado nada.